En este mes misionero quiero destacar la figura del P. Carmelo Velloso que desgastó su vida en favor de los pobres tanto en España como en Honduras.

Larraga, fue la villa navarra que lo vio nacer y crecer, donde, a los diez años, pasó a Pamplona para aprender, en la apostólica de La Milagrosa, eso de ser misionero.

Tuve la suerte de compartir con él el tiempo en que visité nuestra comunidad de Puerto Cortés en el verano de 2015. Lo acompañé, en varias ocasiones, al presidio. Trataba a los «privados de libertad» con cariño y mostrándoles toda la dignidad que tienen por ser personas. Anduve con Carmelo varios caminos para celebrar la fe en las aldeas de montaña, pude estar presente en el apostolado del Catecumenado para adultos y de familia que él coordinaba.

Su labor apostólica estuvo íntimamente ligada al mundo penitenciario; siendo capellán de Martutene (Donosti) y del presidio de Puerto Cortés (Cortés-Honduras). Aquí un video que le hicieron en el programa «Españoles por el mundo» de Televisión Española en el año 2013 en su trabajo del presidio de Puerto Cortés:

 

Aquí los dos últimos correos electrónicos que el P. Carmelo envió al Visitador. Ambos fueron  leídos en su funeral:

“- Vivo en la esperanza a pesar de que la realidad no es muy positiva”. Me hubiera gustado estar ya en Honduras. En realidad estaba preparado para todo, para lo bueno, lo malo y lo peor. Viéndolo desde la fe espero que sea lo mejor para mí y sobre todo también para la Misión y para la Iglesia. Sólo me queda vivir el momento presente, estar abierto a los resultados y obedecer lo que digan los doctores. Todo ello me sirve para tomar conciencia de mi limitación y mi nada, y para ofrecerlo como oración por el fruto y el crecimiento de la Misión y de la Iglesia.

 

 

– No es lo que uno desea pero es la Voluntad de Dios. Continuamente me recuerdo a mi mismo que es lo mejor para mí y para todos, aunque no me guste. Continúo como Moisés con los brazos altos, mientras Uds. pelean contra los amalecitas, ofreciendo como oración el pequeño malestar, la eficaz inactividad, echándole ganas y confiando en que todo sirva para la gloria de Dios, para el embellecimiento y crecimiento de la Iglesia y por una creciente vitalidad espiritual de las Parroquias de nuestra Misión. Saludos a todos a quienes llevo en el corazón, les tengo presente en mis oraciones y les deseo un derroche de bendición y de gracias…, y muy especialmente a los más lejanos y a los más heridos por el dolor. De momento no nos veremos pero cuenten siempre con mi oración y mi unidad.”

Aún recuerdo su voz y, a menudo, le pido que interceda por nosotros para que el Dueño de la Mies siga  enviando misioneros paúles a su mies. Gracias Carmelo por tu ejemplo de vida entregada entre los pobres.

En Honduras lo siguen recordando con gran cariño.

Para más información: 

Artículo obituario en Diario de Navarra.