Oh San Vicente de Paúl,

Apóstol de la caridad

y modelo de servicio a los pobres,
que encarnaste las virtudes

del verdadero discípulo de Cristo,

 

Ilumínanos con la sencillez de corazón

para poder ver claramente la voluntad de Dios.

 

Concédenos la humildad para reconocer

nuestras limitaciones y servir con dedicación.

 

Infunde en nosotros la mansedumbre

para recibir a todas las personas con apertura y paciencia.

 

Ayúdanos a vivir la mortificación,
renunciando a nosotros mismos por el bien de los demás

 

y enciende nuestros corazones con celo apostólico,

acercando a todos hacia Ti.

 

Tú, que encendiste una llama de caridad en el mundo,

Guía a los misioneros vicentinos en su labor.

 

Inspirados por tu vida y ejemplo,

puedan llevar el Evangelio a tierras lejanas

y corazones necesitados.

 

Concédeles fuerza y valentía en su dedicación

y que su misión sea guiada por el Espíritu de Dios.

 

Te pedimos especialmente,

oh San Vicente, que intercedas por las vocaciones,

tanto a sacerdotes como hermanos,

que sigan tu camino de entrega y servicio.

 

Dales claridad para discernir el llamado de Dios

en sus vidas y fortaléceles en su entrega total a la misión

de llevar el amor de Cristo a los más necesitados.

 

Ayúdanos a ser instrumentos de paz y justicia,

Seguros del plan de Dios.

 

Concédenos la gracia de crecer en santidad,

Y de caminar cada vez más cerca de Dios.

 

Amén