Los primeros misioneros que entraron a la Congregación de la Misión eran, la mayoría, presbíteros. Lo mismo sucedió con nuestro beato Ghebra Miguel, el cual pertenecía al clero diocesano de la zona donde era obispo san Justino de Jacobis y murió, con el deseo se ser parte de la Congregación de san Vicente de Paúl.
Es curioso como su proceso vital y vocacional estuvo marcado por un continuo «buscar» la verdad de Jesucristo. Nació en el seno de una familia cristiana copta, entró a formar parte de un monasterio donde pudo estudiar en diferentes bibliotecas de su país. Desde la oración y la reflexión de los libros, y el acompañamiento de Mons. Jacobis, decidió pasar a la fe católica en 1844. Desde ahí fue ordenado presbítero , clandestinamente, el día de Año Nuevo de 1851.
Debido a las represalias de Salama III, Abuna o jefe de la Iglesia Ortodoxa Etíope de Tewahedo, el nuevo presbítero fue perseguido y encarcelado, junto a otros católicos, en julio de 1854 hasta llegar a ser martirizado el 29 de agosto de 1855.
Su beatificación tuvo lugar el 3 de Octubre de 1926 por el Papa Pío XI y su fiesta litúrgica se celebra el 30 de agosto.
Justino de Jacobis le escribió al Superior General del momento, P. Jean Baptiste Etienne, reconociendo al nuevo mártir como «seminarista» de la Congregación de la Misión, por lo que se podría considerar Patrón de los seminaristas internos de nuestra «Pequeña Compañía».
Para más información: https://www.corazondepaul.org/2019/02/28/b-ghebra-miguel-1791-1855/