Todavía se puede leer en su estado de WhasApp: «Joven es el que tiene ilusión y se entrega al servicio de los demás«.
Y así lo hizo hasta el último suspiro de su vida terrena.
Nació el P. Félix en Ribaforada (Navarra) el 31 de Julio de 1936, siendo sus padres Germán y Alejandra. En 1950 ingresó en la Apostólica (seminario menor) de La Milagrosa, en Pamplona, donde estudió Humanidades hasta 1955. En septiembre de este último año era admitido en el Seminario Interno de la Congregación de la Misión – Misioneros Paúles, en Limpias (Cantabria). Posteriormente cursaría la Filosofía en Hortaleza (Madrid) y desde 1960 a 1964 la Teología en Salamanca, siendo ordenado sacerdote el 28 de junio de 1964 por Monseñor Florencio Sanz, C.M.
Tras dos años de profesor en Pamplona y tres años de coadjutor en la parroquia San Matías, de Hortaleza (Madrid), se dedicó durante cinco años al estudio del inglés y el francés en Inglaterra y Francia, diplomándose a la vez en Catequética en el Instituto Católico de Paris. A partir de ahí, y ya desde 1975, su ministerio principal fue la pastoral juvenil desde las comunidades de Las Arenas (Bizkaia), Murguía (Álava) en dos etapas, Barakaldo (Bizkaia) y Teruel. Desde el año 2007 su destino era la comunidad de Albacete, donde siguió dedicándose a la pastoral juvenil, la pastoral parroquial, y como Capellán del Hospital General de Albacete.
Tres rasgos de su personalidad han llamado siempre la atención: su optimismo innato, su dinamismo creativo y su interés por la evangelización de los jóvenes. Félix era optimista por naturaleza. Predominaba en él la sonrisa y la emotividad. Por muchos contratiempos que le sobrevinieran en el ministerio, él siempre era capaz de afrontarlos positivamente y de volver a empezar con mucha ilusión. Procuraba ver el lado bueno de las personas y de las cosas, y eso le proporcionaba alegría y paz.
Le distinguía, además, una veta de creatividad que aplicaba a su ejercicio pastoral. El interés por los jóvenes fue proverbial en él, hasta el punto de que a ellos entregó todo su esfuerzo e imaginación. Buscaba llegar a ellos de manera distinta a través de campamentos, campos de trabajo, enseñanza del inglés y jornadas de convivencia; precisamente fundó para ello la “Asociación Feyda”, para seguir infundiendo en los jóvenes la fe y la vida.
Como misionero paúl, tuvo siempre viva conciencia de evangelizador, participando en muchas ocasiones en el ministerio de las misiones populares y tratando en su vida de acercar el Evangelio a todos los que le rodeaban; jóvenes, ancianos o enfermos. Ha sido, sin duda, como nos recuerda el Papa Francisco, todo un “discípulo misionero”.
Santiago Azcárate, CM
Gracias, amigo Félix, por tu ejemplo de entrega a la misión, a los jóvenes, a los pobres. Gracias por el amor a tu tierra, a la vida comunitaria y a la Familia Vicenciana. Gracias por tu alegría, tu serenidad, tu agradecimiento a los que te cuidaban en tu ultima etapa. Gracias porque esperabas, con esperanza, el encuentro con Aquel que te llamó a ser feliz, tal como viviste.
Descansa en los brazos del Padre Eterno desde el 21 de septiembre de 2023, el día de san Mateo, el apóstol que fue mirado con misericordia por el Señor.