
Nace el 15 de diciembre de 1870 en Saulxures-sur-Moselotte. Estudia con los sulpicianos en San Nicolás du Chardonnet e Issy. Recibe el doctorado en filosofía, teología y Sagrada Escritura[1].
Desempeña su labor como profesor en el seminario de Saint Flour. Al suprimirse los seminarios en Francia, emigra a Estados Unidos y será durante treinta años profesor en el Kenrick Seminary de San Luis, Missouri, donde adquiere la nacionalidad y, hasta cierto punto, la mentalidad americana.
Un hombre erudito, dialogante, con perspectivas y proyectos nuevos que adquiere la fama de hombre culto.
Es elegido el 29 de julio de 1933, a los 63 años, teniendo un breve generalato de seis años, pues muere en París el 18 de diciembre de 1939, a los tres meses del estallido de la Segunda Guerra mundial y con 69 años.
Contexto histórico y social
Nos encontramos en el periodo de entreguerras y el comienzo de la II guerra mundial. Esta etapa histórica se vio caracterizada por un efímero despliegue económico en los años veinte que terminó en una banca rota mundial en 1929, el triunfo de los regímenes autoritarios (fascismos europeos, comunismo soviético…). También se despliega la Guerra Civil Española (1936-1939).
El período de entreguerras representa en la Iglesia la edad de oro de las misiones extranjeras, cuyo núcleo esencial es la idea de que la función específica de las misiones «ad-gentes» es la implantación de la Iglesia en pueblos, territorios y culturas donde aquélla no se ha encarnado todavía y de que el medio necesario para alcanzar ese fin es la creación del clero indígena.
El mundo de nuevo se estremece y la Iglesia sigue trabajando en la misión de ser semilla de paz allí donde crece la destrucción, sobre todo, por medio de la diplomacia vaticana gobernada por el buen papa Benedicto XV.
Contexto de la Congregación de la Misión
La Compañía mantiene el impulso dado durante el gran gobierno de Antonio Fiat y que se desarrolló durante los generalatos de Villette y Verdier.
Cabe destacar el decrecimiento del número de miembros en las provincias francesas y el crecimiento en las anteriormente llamadas “periféricas” sobre todo en EE. UU., la de Madrid en España y las de Latinoamérica consiguiendo su independencia de la madre Francia.
Al comienzo de su mandato, en 1933, formaban la congregación 4773 misioneros y en cinco años la cifra ascendió hasta 5104, sin contar a los aspirantes, seminaristas y estudiantes, esto se debe a la seguridad, a nivel eclesial e internacional, de los Misioneros en su vocación.
Se celebran varias beatificaciones y canonizaciones: Bta. Catalina Labouré (1933), Sta. Luisa de Marillac (1934) y Bto. Justino de Jacobis (1939).
Logros y preocupaciones
Al no tener datos claros que confirmen su línea de acción se puede decir, antes que “paso por la historia de la CM sin dejar huella[2]”, que siguió el trabajo de Verdier y antecesores en el campo de las misiones, la formación y la implantación de la vida de oración en la comunidad con el proceso de los nuevos santos y beatos.
[1] El P. Souvay es autor de la tesis: Métrica hebrea de los Salmos.
[2] Erick Gabriel Félix Peche CM Seminario Interno Interprovincial del Cono Sur 2009-2010. cdn.cmglobal.org/es/files/2013/01/Superiores-Generales.pdf









